Subterráneo surrealista (un hecho real o casi)

Buenos Aires, Estación Primera Junta del Subte A | 1 pm, aproximadamente.
Somos pocos en el interior del vagón de madera del siglo pasado. En eso se escucha “se dispone a partir tren con destino a Plaza de Mayo…” por un altoparlante.
Simultáneamente el rostro de una mujer –40 años, atractiva, con un discreto atuendo a la moda– se desfigura en una mueca de terror.
–¡Cómo Plaza de Mayo!, ¿no va para allá?– exclama señalando inequívocamente el sentido contrario al único destino posible. Cabe aclarar que la Estación Primera Junta del Subte A es sólo punto de llegada o partida.
Ante la expresión de desencajada desorientación dos pasajeros atinamos a responder , en rítmico coro, “no hay para allá” lo que no hace más que sumar desolación a la, ya bastante alarmada, mujer que –predeciblemente– abandona atropelladamente el vagón de marras.
Repuesto el silencio que habitualmente reina en estos ámbitos, nos miramos y celebramos la palabra con un: “que hermosa frase no hay para allá…”
A veces la poesía se filtra por las rajaduras de la más cotidiana realidad.
Brindemos por eso!
Gabriela Zubiría | 14.II.2008